La mayoría de las personas presta más atención a la piel del rostro que a la del cuello y el escote. Es un área que suele estar a la vista, pero a menudo se olvida. Como sucede con la piel del resto del cuerpo, descuidar la zona del cuello y el escote la deja a merced del sol y otros agentes nocivos, ocasionando la aparición de arrugas prematuras, manchas, flacidez y otros problemas. Esto daña su apariencia y su salud. No importa cuánto empeño se le ponga al cuidado del rostro: si se ignora el cuidado que merece la zona del cuello y del escote, el look completo estará arruinado por su aspecto agrietado, envejecido, flácido y lleno de arrugas.
El tono muscular es, también, un aspecto que se descuida. El platisma o músculo cutáneo es un músculo dual que va desde la cara hasta la clavícula, recorriendo ambos lados del cuello. Su función es dar movimiento a la mandíbula y la parte inferior del rostro; por tal motivo, a pesar de encontrarse en el área cervical, es considerado uno de los músculos faciales. La pérdida de tonicidad del platisma se traduce en flacidez en la línea de la mandíbula y en el cuello.