La forma más habitual se conoce como lunar común y se genera cuando las células pigmentadas crecen de forma agrupada. La mayoría de personas tienen en todo su cuerpo entre 10 y 40 lunares de este tipo. Se suelen localizar en la zona superior de la cintura donde se posa el sol. Es difícil encontrarlos en el cuero cabelludo, en los senos o en los glúteos.
Este tipo de lunar suele tener cinco milímetros de ancho, con forma redonda u ovalada, una superficie lisa y un borde definido. Los colores más habituales son el rosado, tostado o castaño uniforme. Las personas que tienen la piel o el cabello oscuro suelen presentar lunares más oscuros que las personas de piel clara o cabello rubio.
La mayoría de nevos son benignos; es decir, que tienen una condición inocua y que no muestran rasgos por los que preocuparse. No obstante, conviene conocer todos los tipos de lunares que existen para estar prevenidos.
Nevo de unión
Este tipo de lunares se encuentra en la unión entre la epidermis y las capas de la dermis, que se localizan más hacia el interior. Suelen tener color marrón claro, pero casi pueden llegar a ser lunares negros. Suelen ser planos, pero pueden sobresalir de manera leve.
Nevo intradérmico
Este tipo de lunar destaca por ser conocido como una mancha de nacimiento ya que cuenta con el mismo pigmento que la piel. Lo único que llama la atención es que son lunares abultados porque tienen una protuberancia en forma de cúpula en la superficie de la piel. Se conocen como intradérmicos porque se localizan en la dermis que es la capa que se encuentra debajo del estrato exterior. Precisamente por eso, las células encargadas de dar color oscuro a la piel, no son visibles.
Estos lunares suelen deberse a la radiación solar, el estado inmunitario o factores genéticos. En estos casos, lo más recomendable es utilizar un fotoprotector que proteja la piel del daño producido por el sol a nivel celular, como es Capital Soleil Cell Protect Spray Fluido Invisible SPF 50+ de Vichy. Tiene una textura muy ligera (con un acabado invisible) y 0% graso. Esto permite que se pueda esparcir bien protegiendo la piel frente a los rayos UVB, UVA y UVA largos. Además, cuenta con una alta concentración antioxidante y está elaborado para ser respetuoso con la vida marina.
La clave de este tipo de productos es que protegen tu piel para evitar que los lunares puedan ser un peligro. Debes aplicarlo 30 minutos antes de la exposición al sol y reaplicar cada dos horas o después de los baños y la transpiración.
Nevo compuesto
Este tipo de lunar está formado por dos grupos de células que se localizan en la epidermis y la dermis. Esto hace que el nevo tenga dos capas principales, además, este tipo de lunares puede tener un tamaño de entre tres y seis milímetros.
Lunares de carne
Estos nevos son comunes en zonas como el cuello, las axilas, los párpados y los surcos mamarios. Suelen pasar desapercibidos, pero pueden llegar a incomodar y es cuando se extirpan. No suponen un riesgo ya que la mayoría de las veces son benignos.
Nevo azul
Los lunares azules suelen tener los bordes definidos y se producen por grandes cúmulos de células névicas cargadas de melanina, al igual que ocurre con las manchas marrones. Pueden resultar impactantes porque son lunares con relieve, pero en principio, tienen una naturaleza benigna. El color puede ir desde el gris hasta el azul oscuro y por eso, conviene siempre protegerlos de la radiación solar con Capital Soleil UV-Age Daily Water Fluid Antifotoenvejecimiento SPF 50+ con Color de Vichy. Este fotoprotector es especial porque tiene una textura muy fluida y sin grasa, para que lo puedas extender con facilidad.
Tiene la finalidad de proteger la piel contra los rayos UVA, UVB y la luz invisible junto con un efecto color para unificar el tono de la piel. Es apto para todos los tipos de dermis y está elaborado con una fórmula hipoalergénica y no comedogénica. Este producto es de uso diario y la aplicación debe hacerse en el rostro siguiendo movimientos hacia arriba; también debe distribuirse por el contorno de ojos y el cuello.