El sarpullido es un tipo de afección cutánea que se evidencia con la inflamación o irritación de un área de la piel. A este padecimiento también se le conoce con el nombre de eccema, dermatitis o simplemente erupción de la piel y su síntoma más común es la picazón de la zona afectada. En algunos casos, el sarpullido puede, a su vez, conducir a ampollas o áreas en carne viva, por lo que resulta necesario prestar oportuna atención y cuidado a su aparición para evitar posibles complicaciones.
Son distintas las causas que pueden originar el brote de esos puntitos rojos en la piel como sarpullido. De hecho, esta afección puede ser señal de tipos de cuadros clínicos muy diversos. Aunque ciertos factores genéticos hacen más propensas a algunas personas que a otras de sufrir estas consecuencias, puede haber agentes irritantes o alergénicos que desencadenan esta respuesta del tejido cutáneo, incluso hasta de forma inmediata.
En particular, hay un tipo de sarpullido en la piel con picor que se genera por efecto del calor y que también se conoce como erupción por calor o miliaria. En concreto, este tipo de afección se origina cuando el sudor, tras alguna actividad física o exposición a altas temperaturas, se queda atrapado en la piel. Aunque es muy común en los niños, los adultos pueden verse afectados por igual si están expuestos a condiciones de calor o humedad.
Si bien en muchos casos la erupción por calor suele desaparecer una vez la piel se ha enfriado, hay otros casos en los que resulta vital vigilar y atender sus síntomas, en especial si estos se prolongan o presentan otras características.