Si buscas la mejor forma de incorporar ácido salicílico y niacinamida a tu rutina de cuidado de la piel, debes saber que depende de tus necesidades específicas y de tu tipo de piel. A continuación te contamos cómo incluirlo en tu rutina de la piel para obtener los máximos beneficios de estos ingredientes:
Para piel propensa al acné o piel grasa:
● Mañana: Comienza con un limpiador suave para limpiar la piel, luego aplica un tónico o sérum que contenga niacinamida para ayudar a controlar la producción de sebo y reducir la apariencia de poros. Después, aplica un protector solar con un factor de protección solar (FPS) muy alto.
● Noche: Usa un limpiador suave nuevamente, seguido de un tratamiento con ácido salicílico en forma de tónico, sérum o crema. Recuerda que la concentración de ácido salicílico debe ser adecuada para tu piel. Luego, aplica una crema hidratante ligera que contenga niacinamida para ayudar a calmar la piel y mantenerla equilibrada.
Para piel con tendencia a la pigmentación desigual:
● Mañana: Limpia la piel con un limpiador suave, luego aplica un sérum que contenga niacinamida para ayudar a reducir la apariencia de manchas oscuras y mejorar la luminosidad de la piel. A continuación, aplica un protector solar con FPS muy alto para proteger la piel de la exposición al sol, lo que puede empeorar la pigmentación desigual.
● Noche: Después de limpiar la piel, aplica un sérum con niacinamida nuevamente para continuar con el tratamiento contra la pigmentación. Puedes continuar con una crema hidratante que también contenga niacinamida para aportar hidratación adicional.